Comunicado de prensa: Néstor Ferney Garzón Suárez: una entrega digna para honrar la memoria, la verdad y la lucha incansable de su familia
25 de abril del 2025
Luego de catorce años de búsqueda incesante, el pasado 24 de abril, la familia de Néstor Ferney Garzón Suárez pudo finalmente despedirse de su hijo en un acto de entrega digna que representa mucho más que el cierre de un proceso judicial. Es un reconocimiento a la lucha de su familia, a su vida interrumpida por la violencia, y a la necesidad de seguir construyendo verdad y memoria frente a la desaparición forzada en Colombia.
Néstor Ferney nació el 5 de noviembre de 1997 en Medina, Cundinamarca. Desde pequeño fue un niño alegre, inquieto y lleno de energía. Le decían “el monito lindo” por su carisma y ternura. A los siete años ya montaba a pelo en su caballo “Piolín”, y con solo nueve aprendió a manejar moto para ayudar a su padre en las labores de campo. Amaba la ganadería, soñaba con ser cultivador de la tierra, y disfrutaba cocinar gallina para compartir con su padre mientras sonaba su canción favorita: “La tortuga” del Joe Arroyo.
Ese sueño, sin embargo, fue truncado por el conflicto. El 11 de marzo de 2011, a sus 13 años, fue reclutado forzadamente junto con otros 15 niños de su vereda. Su profesor fue asesinado, y su padre, al intentar recuperarlo, recibió una respuesta negativa y tuvo que abandonar la región para proteger su vida. Un mes después, le informaron que su hijo había muerto en un supuesto combate con tropas del Ejército Nacional acantonadas en el territorio, pese a que era un niño. Desde entonces, su búsqueda se convirtió en una lucha silenciosa y persistente por justicia y verdad.
Esta entrega digna, llevada a cabo por la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, con el apoyo de la Unidad para las Víctimas, la UARIV, la Personería Municipal y el Grupo de Apoyo Técnico Forense (GATEF), así como el acompañamiento del Colectivo Orlando Fals Borda, permitió a su familia cerrar un ciclo de incertidumbre y darle a Ferney una sepultura en condiciones de respeto y dignidad.
El caso de Néstor Ferney representa además un hito en el trabajo del Colectivo Orlando Fals Borda, organización peticionaria de las medidas cautelares del Cementerio de San José del Guaviare, donde se encontraba enterrado. Gracias a estas medidas, adoptadas por la Jurisdicción Especial para la Paz, se han podido recuperar e identificar 24 personas hasta la fecha, restituyendo el derecho a la verdad y la dignificación de las víctimas de desaparición forzada. Esta entrega resalta la importancia de proteger y cuidar los cementerios como espacios clave en la búsqueda de personas desaparecidas, no solo como sitios de inhumación, sino como lugares de memoria, verdad y justicia.
Durante el proceso se desarrolló un espacio preparatorio y un acompañamiento psicosocial con la familia, enfocado en brindar herramientas para comprender la dimensión emocional de la diligencia y acompañar el manejo del dolor. La entrega no solo fue la devolución de un cuerpo: fue también la recuperación de una historia, de una voz que el conflicto intentó silenciar, y de una verdad que su familia nunca dejó de exigir.
La desaparición forzada continúa siendo una de las heridas más profundas del conflicto armado colombiano. No solo arrebata la presencia física de una persona, sino que impone años de angustia, silencio y dolor a sus familias. Sin embargo, actos como este dignifican la vida de quienes fueron desaparecidos y rinden homenaje a quienes los buscaron incansablemente.
Desde el Colectivo OFB reafirmamos nuestro compromiso con las familias buscadoras y con el deber ético, institucional y humano de continuar visibilizando estos casos, impulsando la búsqueda y promoviendo garantías de no repetición. Honrar la memoria de Néstor es también defender el derecho a vivir en un país donde ningún niño vuelva a ser arrancado de su hogar por la guerra.
Esta entrega corresponde a la entrega número 234 acompañada por el Colectivo Orlando Fals Borda, enmarcada en la campaña "Contemos la Verdad".